DILE ADIÓS A TU ZONA DE CONFORT.

Martes, 4 de julio.

Hemos comenzado la primera semana de julio con temperaturas mucho más llevaderas, por lo menos en el sur de Andalucía. Dormir tapada por la noche es una bendición, después de haber pasado días que podían recordarnos a Dante caminando por su particular infierno.

Es sólo un respiro temporal, que nada tiene que ver con todos los eventos emocionales a los que nos estamos viendo sometidos, que poco respiro nos están dando.

¿Recordáis que el jueves os relataba que todas las predicciones astrológicas apuntaban a que el verano no iba a ser demasiado fácil? Sobre todo para aquellos que tienen aún un patrón muy evidente y necesitan sanarlo y dejarlo atrás,  con el fin de cambiar todo lo que habían conocido hasta el momento y se den la oportunidad de crear un nuevo destino.

Pues he de deciros que, bajo mi propia comprobación, existe un acierto del 100% en los pronósticos. Tanto familiares, como amigos, me han reportado situaciones que el Universo les está plantando delante de forma tan evidente y continuada en tan pocos días que dependerá única y exclusivamente de ellos pararse ahora, para que durante el tiempo que queda de estar bajo el influjo de esta energía, hagan todo el trabajo que tienen que hacer. Si miran para otro lado o intentan agarrarse a lo que siempre les ha funcionado, siento decirles que esta vez no servirá.

Yo no estoy exenta, ni mucho menos, y el Universo tampoco me está dando mucha tregua. Tengo dos patrones muy evidentes para mí que terminar de sanar aún:

1- Arriesgarme, pese al miedo, a hacer lo que verdaderamente me apasiona hacer, laboralmente hablando.

2- Me lo guardo para mí hasta que pueda daros toda la información que os merecéis. ¡Sorry!

Con el primero, el Universo se ha "cebado" y en tan sólo unas semanas uno de mis sueños se está cumpliendo de una manera tan increíble que aún no me lo creo. Ya os daré la buena nueva en su momento, por ahora sólo puedo contaros que es algo que me hace inmensamente feliz y que me está permitiendo derribar el muro de la "comodidad" que me había creado, victimizándome de que la vida no me daba las oportunidades que creía merecer y mientras tanto vivía flotando en la ambigüedad de no dar el 100% de mí. En mi caso, la frase que describe esta situación sería: ¿No querías café? Pues toma tres tazas.

Os aseguro que todo llega, pero hay que saber estar bien atentos a los regalos que aparecen por arte de "magia" en nuestras vidas. ¿Cuántas oportunidades hemos dejado pasar por estar inmersos en nuestra zona de confort?

Es como desear con todas tus fuerzas viajar por todo el mundo, pero sólo puedes permitirte hacerlo en un tren que existe especialmente diseñado para ello. Lo que ocurre es que los trenes en los que te subiste anteriormente  te parecieron poco confortables, no porque el tren no lo fuera, sino porque llevabas días sin ducharte, noches sin dormir y estabas mal alimentado. El tren podía haber sido el más lujoso del mundo, pero el trayecto se hizo muy desagradable y te quedó la sensación de que viajar en tren era tremendamente angustioso. Entonces querías volver a tu casa para sanearte y descansar, aunque cuando llegaste a tu "hogar"  seguías teniendo el deseo de hacer ese viaje. Por fin te atreves a hacer las maletas, coger un taxi y llegar por lo menos hasta a la estación. Entonces, por megafonía se escucha que va a realizar su última salida en breve, pero tú continúas igual, sin ducharte, sin dormir y comiendo realmente mal. Imaginas el largo recorrido en esas condiciones y de nuevo te invade el miedo y el recelo de montar en ese tren. Estás inmerso en el momento presente, pero no eres capaz de visualizar un futuro donde, aunque la comodidad no será la misma que en casa, podrás realizar todas tus tareas higiénicas y saludables subido a ese tren porque realmente te ofrece todas las posibilidades, aunque no sean como te las hubieras imaginado. Estás en una encrucijada y hay poco tiempo para tomar la decisión. Finalmente, la comodidad te puede, vuelves a casa y dejas pasar, con casi total seguridad, el último tren hacia tu sueño.

¿Qué hubiera pasado si te hubieras subido con la conciencia de que podrías haber realizado tu sueño, a la vez que haber conseguido sanearte? Quizás en el tren hubieras conocido a la hija de un magnate que te habría ofrecido en vuestra primera parada la suite de un hotel de cinco estrellas, además de una cena exquisita en su compañía.

¿Qué pasaría si te arriesgases a salir de lo conocido pese a que puedas sentir bastante incomodidad al principio?

¿Qué pasaría si decides caminar hacia adelante sabiendo que tienes una herida que sanar y que vas a poner toda tu intención en encontrar la manera de hacerlo para no dejar que se mutilen tus metas?

A mí no me cabe duda de que cuando sorteas todos y cada uno de los inconvenientes, dejando que el corazón sea tu brújula, aunque en un primer momento todo pueda parecer caótico y aparezcan sensaciones de arrepentimiento y querer huir, finalmente aparecen los increíbles resultados. Para eso hay que confiar y hay que tener un conocimiento verdadero de como funcionan las leyes del Universo. Si creemos que todo se rige a través del azar, o que somos meras marionetas del destino, poca seguridad sentiremos y abandonaremos a la primera de cambio.

Como me preguntó una persona el otro día, ¿para qué? . Su pregunta era: ¿para qué voy a luchar por un sueño que la primera vez que lo intenté me llevó al desastre y los resultados en este comienzo no son los que esperaba?  Mi respuesta es contundente: para ser feliz a través de la realización de tus proyectos y tus sueños. Pero claro, lo que no tiene en cuenta es que," lleva noches sin dormir, días sin duchar y no está bien alimentada" y montarse en tren le resulta tremendamente incómodo y agotador. No es consciente de que no es el tren, no es el viaje, es ella misma la que necesita "limpiarse", porque es un claro ejemplo de falta de confianza en las leyes del Universo y de como actúan, de inseguridad ante sí misma y vencerse ante el "más vale malo conocido que bueno por conocer".

Más vale seguir sufriendo en lo que consideré hasta ahora mi hogar, que lanzarme a la aventura de ser feliz.

Y esto que os describo, chicos, es lo que tiene sus días contados. ¿Por qué? Pues porque si decidís volver a "casa" por comodidad, cuando lleguéis os váis a encontrar con que "no tenéis dinero para pagar la luz y os la van a cortar; las tuberías se han picado y tienen fugas por todos lados; el termo del agua caliente se ha roto; al colchón se le han salido los muelles y se ha mudado al piso de arriba una academia de baile flamenco que tiene sus paredes sin insonorizar". Tu zona de confort va a desaparecer y el Universo te va obligar a que sientas la incomodidad del cambio te guste o no. Sólo va a depender de tí la perspectiva con la que lo vivas. ¿Mala suerte u oportunidad?

La metáfora del tren tiene que ver con la herida que vamos arrastrando. Dejamos de hacer muchas de las cosas que amamos por miedo y dolor. Yo durante estos últimos años he dejado pasar oportunidades de trabajo porque no se ceñían con total exactitud a lo que yo creía que me haría sentir cómoda, o eso era lo que pensaba, pero realmente tenía que ver con el miedo a lo desconocido, con el miedo a tener que hacerme responsable de lo que soy capaz de dar y bajo esa perspectiva era mejor tener mis cuatro consultas a la semana y disponer de bastante tiempo libre que tener marcado un horario de trabajo y rendir al máximo mi potencial, enmascarándolo con otras excusas de las que no era ni consciente. Sin embargo, añoraba poder realizar mis sueños y me encontraba siempre en esa lucha que me desgastaba tremendamente. Al final me he arriesgado y he sabido coger con las dos manos y el corazón esa oportunidad, aunque sabía que tendría que enfrentarme a la "incomodidad" de cambiar muchos aspectos diarios de mi vida, a la "incomodidad" de aprender algo nuevo dejando que otros, con una trayectoria impecable me enseñen, cuando creía que ya estaba preparada en el ámbito laboral. Pero cuando despierto por la mañana, aunque tenga un poco de estrés o miedo a no "dar la talla", siento que estoy donde tengo que estar. No sé hacia donde me llevará pero ¿Hay algo que te pueda hacer sentir mejor que tener miedo y aún así arriesgarte a hacerlo?

Cuando aceptas tu miedo, lo acoges y te tiras al vacío dejando que te acune, sientes una sensación de poder indescriptible, que todo es posible y que eres INVENCIBLE.

Cualquiera que sea tu meta, cualquiera que sea tu búsqueda, desde encontrar "la iluminiación espiritual", encontrar el amor de tu vida, escribir un libro, montar la empresa que siempre quisiste, viajar por el mundo, hasta ayudar a otros, no permitas caer sin volver a levantarte hasta que lo consigas. Así que no dejes que el miedo acabe con tus sueños.

Te aviso que si durante el mes de julio crees que una maldición se ha ceñido sobre tu cabeza, siento decirte que el único responsable eres tú, por seguir mirando hacia otro lado, por seguir estático ante los latidos de tu corazón. Párate y decide que es lo que realmente te importa, digiere y ¡actúa de una vez!

https://www.youtube.com/watch?v=MmaHTajvG-A

¡Nos vemos mañana, pequeños!

Un abrazo de:

Elisa, una coach imperfecta, qué digo imperfecta, muy muy imperfecta...